
Sauna para la Salud, una inmersión en sus beneficios
El sauna, una práctica ancestral arraigada en diversas culturas, ha trascendido su origen como ritual de purificación para convertirse en un foco de investigación científica en el ámbito de la salud y el bienestar. Más allá de la sensación de relajación y limpieza, el calor del sauna desencadena una cascada de respuestas fisiológicas que impactan positivamente en diversos sistemas del cuerpo, desde el cardiovascular hasta el inmunológico, e incluso la salud mental y el rendimiento físico.
En esta exhaustiva guía, nos sumergiremos en la ciencia detrás del sauna, explorando los beneficios respaldados por la evidencia y desentrañando los mecanismos que los hacen posibles. Aprenderás cómo el sauna puede fortalecer tu corazón, agudizar tu mente, reforzar tus defensas y optimizar tu rendimiento físico. Además, te proporcionaremos información crucial sobre las precauciones necesarias para disfrutar de una experiencia segura y placentera.
El sauna y la salud cardiovascular: Un vínculo poderoso
La salud cardiovascular es la piedra angular del bienestar, y el sauna se erige como un aliado inesperado pero poderoso en su mantenimiento. El calor del sauna induce una vasodilatación, es decir, la expansión de los vasos sanguíneos, lo que a su vez reduce la resistencia al flujo sanguíneo y disminuye la presión arterial. Diversos estudios han confirmado este efecto beneficioso, mostrando que el uso regular de sauna se asocia con una disminución de la presión arterial sistólica y diastólica. (Gayda et al., 2012; Laukkanen et al., 2018b; Zaccardi et al., 2017)
Esta mejora en la presión arterial no es un hecho aislado. El sauna también impacta positivamente en la función endotelial, el delicado equilibrio que regula la salud de los vasos sanguíneos. Una función endotelial óptima es crucial para prevenir la formación de placas de ateroma, el endurecimiento de las arterias y otros problemas cardiovasculares. Estudios han demostrado que el sauna mejora la dilatación mediada por flujo, una medida clave de la función endotelial. (Imamura et al., 2001; Ohori et al., 2012) Este efecto se atribuye a la liberación de óxido nítrico, una molécula que promueve la relajación de los vasos sanguíneos.
La evidencia más contundente sobre los beneficios cardiovasculares del sauna proviene del Estudio de Factores de Riesgo de Enfermedad Cardíaca Isquémica de Kuopio (KIHD). Esta investigación prospectiva a largo plazo, realizada con más de 2300 hombres de mediana edad en Finlandia oriental, ha proporcionado datos cruciales sobre la relación entre el uso del sauna y la salud. Los resultados son sorprendentes: los hombres que usaban la sauna 4-7 veces por semana tenían un riesgo 50% menor de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en comparación con aquellos que la usaban solo una vez a la semana. (Laukkanen et al., 2015b) Este hallazgo, replicado en otros estudios, sugiere un impacto protector significativo del sauna contra las enfermedades del corazón.
Es fundamental destacar que, si bien el estudio KIHD muestra una fuerte correlación, su diseño observacional no permite establecer una relación causal definitiva. Factores como el nivel socioeconómico, la actividad física y otros hábitos de vida saludables podrían influir en los resultados. Sin embargo, la consistencia de los hallazgos en múltiples estudios refuerza la hipótesis de un efecto protector real del sauna.
El sauna y el cerebro: Cognición, estado de ánimo y neuroprotección
El sauna no solo beneficia al corazón, sino que también ejerce una influencia positiva en el cerebro. El calor del sauna estimula la producción de factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), una proteína esencial para el crecimiento y la supervivencia de las neuronas. (Kojima et al., 2018) El BDNF juega un papel crucial en la plasticidad neuronal, el aprendizaje y la memoria, y su disminución se ha relacionado con diversas enfermedades neurodegenerativas.
El estudio KIHD también ha arrojado luz sobre la relación entre el sauna y la salud cerebral. Los resultados indican que el uso frecuente de sauna se asocia con un menor riesgo de desarrollar demencia y Alzheimer. (Laukkanen et al., 2017) Si bien se necesitan más estudios para comprender los mecanismos precisos de este efecto protector, se cree que el aumento del BDNF y la mejora del flujo sanguíneo cerebral podrían desempeñar un papel importante.
El sauna también puede ser un aliado en la lucha contra la depresión. Un ensayo controlado aleatorizado demostró que los participantes que recibieron sesiones de sauna durante 4 semanas experimentaron una reducción significativa de los síntomas depresivos. (Masuda et al., 2005) Este efecto positivo podría estar mediado por la liberación de endorfinas, neurotransmisores que producen una sensación de bienestar, y la reducción de la inflamación crónica, que se ha implicado en la patogénesis de la depresión.
Fortalecimiento del sistema inmunológico: Defensas al rojo vivo
El calor del sauna no solo relaja los músculos, sino que también activa el sistema inmunológico. El estrés térmico inducido por el sauna estimula la producción de proteínas de choque térmico (HSP), moléculas que protegen a las células del daño y promueven la reparación celular. (Singh and Hasday, 2013) Las HSP juegan un papel crucial en la respuesta inmunitaria, facilitando la eliminación de patógenos y la reparación de tejidos dañados.
El estudio KIHD ha demostrado que el uso frecuente de sauna se asocia con un menor riesgo de enfermedades respiratorias, como la neumonía. (Kunutsor et al., 2017) Este efecto protector podría deberse a la acción de las HSP y al aumento de la circulación sanguínea, lo que facilita la llegada de células inmunitarias a los tejidos infectados.
Además, una sola sesión de sauna puede provocar un aumento transitorio en el recuento de glóbulos blancos, linfocitos, neutrófilos y basófilos, componentes esenciales del sistema inmunitario. (Pilch et al., 2013) Esta respuesta inmunitaria aguda podría contribuir a una mayor resistencia a las infecciones.
Optimizando el rendimiento físico: Calor para el atleta
El sauna no solo es beneficioso para la salud en general, sino que también puede mejorar el rendimiento físico. El calor del sauna induce una adaptación cardiovascular similar a la del entrenamiento de resistencia, aumentando el volumen plasmático y mejorando la eficiencia del corazón. (Scoon et al., 2007) Esto se traduce en una mayor capacidad para transportar oxígeno a los músculos durante el ejercicio, lo que mejora la resistencia y retrasa la fatiga.
Un estudio con corredores de distancia mostró que las sesiones de sauna post-entrenamiento aumentaron el tiempo hasta el agotamiento en un 32%. (Scoon et al., 2007) Este hallazgo sugiere que el sauna puede ser una herramienta valiosa para los atletas que buscan mejorar su rendimiento.
Además, la terapia de calor puede contribuir al mantenimiento de la masa muscular, un factor crucial para la fuerza, la potencia y la salud en general. (Hafen et al., 2019) El calor del sauna puede reducir la degradación de proteínas musculares y promover la síntesis de nuevas proteínas, lo que ayuda a preservar la masa muscular, especialmente en periodos de inactividad o recuperación de lesiones.
Precauciones y contraindicaciones: El sauna con responsabilidad
Si bien los beneficios del sauna son amplios y convincentes, es esencial utilizarlo con responsabilidad y precaución. Antes de incorporar el sauna a tu rutina, es fundamental consultar con un médico, especialmente si tienes alguna condición médica preexistente.
El sauna no se recomienda para mujeres embarazadas, debido al riesgo potencial de hipertermia fetal. También se debe tener precaución en niños pequeños, ya que su sistema de termorregulación aún no está completamente desarrollado. Las personas con ciertas afecciones cardíacas, como angina inestable o estenosis aórtica severa, deben evitar el sauna.
La hidratación adecuada antes, durante y después de la sesión de sauna es esencial para prevenir la deshidratación y las complicaciones asociadas. Se recomienda beber abundante agua y reponer los electrolitos perdidos a través del sudor.
El renacimiento de una tradición ancestral
El sauna, una práctica con raíces milenarias, ha renacido en la era moderna respaldado por la ciencia. Sus beneficios para la salud son amplios y abarcan desde la salud cardiovascular hasta el bienestar mental y el rendimiento físico. Incorporar el sauna a tu rutina, con las precauciones adecuadas, puede ser una estrategia efectiva para mejorar tu calidad de vida y promover un envejecimiento saludable. Recuerda siempre consultar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier nueva práctica de bienestar.
FUENTE
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0531556521002916#:~:text=Like%20exercise%2C%20regular%20sauna%20use,4).&text=Fig.,a%20measure%20of%20endothelial%20function
Por
Nico Ini – Tuluka Fitness