
¿Confias de tu celular para Entrenar? La Verdad Sobre la Precisión de las Apps de Entrenamiento
En la era digital, nuestro smartphone se ha convertido en un compañero inseparable, incluso dentro del gimnasio. Lo usamos para escuchar música, seguir rutinas y, cada vez más, para medir nuestro rendimiento con una precisión que antes solo estaba al alcance de laboratorios de élite. Aplicaciones que prometen medir la velocidad de nuestros levantamientos, la potencia que generamos o el número de repeticiones que completamos inundan las tiendas de apps. Pero, ¿hasta qué punto podemos confiar en ellas? ¿Son una herramienta revolucionaria para el deportista aficionado o una simple distracción con datos poco fiables?
La pregunta es crucial. Basar nuestro progreso en mediciones incorrectas es como navegar con una brújula rota: no solo no nos llevará a nuestro destino, sino que podría desviarnos por completo del camino. Si una app nos dice que estamos levantando más lento de lo que realmente lo hacemos, podríamos bajar el peso innecesariamente, frenando nuestro progreso. Si, por el contrario, infla nuestros números, podríamos caer en un exceso de confianza y arriesgarnos a una lesión.
Para arrojar luz sobre este dilema, un equipo de científicos decidió poner a prueba estas tecnologías en un entorno rigurosamente controlado. Su objetivo no era dar una opinión subjetiva, sino obtener datos duros y contrastables. En este artículo, vamos a desgranar ese estudio, explicando paso a paso qué hicieron, qué encontraron y, lo más importante, qué significa todo esto para ti y tus entrenamientos. Prepárate para descubrir la verdad detrás de la pantalla y si la precisión de las apps de entrenamiento es un mito o una realidad al alcance de tu mano.
La Prueba de Fuego: ¿Cómo se Mide la Precisión de una App?
Antes de saltar a los resultados, es fundamental entender cómo se diseñó el experimento. En la ciencia, el “cómo” es tan importante como el “qué”, porque un método sólido es la única garantía de que los resultados sean fiables. Piénsalo como la construcción de una casa: si los cimientos son débiles, todo el edificio se vendrá abajo. Aquí, los cimientos son el diseño experimental.
¿Qué se Quería Descubrir Exactamente?
El objetivo principal de la investigación era muy claro y directo: determinar si tres populares aplicaciones para smartphone medían correctamente la velocidad a la que se mueve una barra durante los ejercicios de levantamiento de pesas. La velocidad es una métrica clave en el llamado “Entrenamiento Basado en la Velocidad” (VBT, por sus siglas en inglés), una metodología moderna que utiliza la rapidez de un levantamiento para ajustar la carga y optimizar las ganancias de fuerza y potencia.
Para saber si una app es precisa, no basta con mirar los números que ofrece. Es necesario compararla con una referencia, algo que sepamos con certeza que es correcto. Los investigadores utilizaron un sistema de comparación de dos niveles:
- La Referencia de Oro (Gold Standard): Cámaras 3D de Alta Precisión. Imagina la tecnología que se usa en Hollywood para crear los efectos especiales de las películas de superhéroes o en los videojuegos para capturar los movimientos de los atletas. Se trata de sistemas de cámaras infrarrojas que rastrean marcadores reflectantes con una precisión milimétrica. En el mundo de la biomecánica deportiva, este sistema es el juez supremo. Sus mediciones son consideradas la “verdad absoluta” contra la cual se debe medir todo lo demás. Si una app dice que la barra se movió a 0.5 m/s y las cámaras 3D dicen que fue a 0.8 m/s, sabemos sin lugar a dudas que la app está equivocada.
- La Referencia Profesional de Campo: El Dispositivo con Cable. Además de la referencia de laboratorio, se incluyó un dispositivo que muchos entrenadores profesionales y atletas de alto rendimiento utilizan en su día a día. Se trata de un aparato que se coloca en el suelo y del que sale un cable retráctil que se engancha a la barra. A medida que la barra sube y baja, el dispositivo mide con gran exactitud la velocidad del movimiento. Incluirlo en el estudio fue una decisión inteligente, ya que permite responder a una pregunta muy práctica: “¿Puede una app de 20 euros hacer lo mismo que un dispositivo especializado de 500 euros?”.
Las tres aplicaciones puestas a prueba fueron:
- Qwik VBT (QW)
- Metric VBT (MT)
- MyLift (ML)
El escenario estaba listo. Teníamos a los contendientes (las tres apps), al juez profesional (el dispositivo con cable) y al tribunal supremo (las cámaras 3D). Ahora solo faltaba ponerlos a trabajar.
El “Campo de Batalla”: Un Laboratorio en Condiciones Perfectas
La prueba no se realizó en un gimnasio comercial ruidoso y caótico. Se llevó a cabo en un laboratorio de biomecánica, un entorno donde cada variable podía ser controlada a la perfección. Esto es vital para asegurar que las diferencias en los resultados se deban únicamente al rendimiento de las aplicaciones, y no a factores externos.
Las condiciones de la prueba fueron las siguientes:
- Los Sujetos: No se escogió a novatos. Los participantes eran atletas de powerlifting con experiencia competitiva. ¿Por qué? Porque su técnica es consistente y depurada. Realizan cada repetición de sentadilla, press de banca o peso muerto de una manera casi idéntica, lo que elimina la “variabilidad humana” como posible fuente de error. Si un principiante hace cada repetición de una forma diferente, sería imposible saber si un mal dato de la app se debe a un fallo de la app o a una mala ejecución del levantamiento.
- Los Ejercicios: Se eligieron los tres grandes del powerlifting: sentadilla, press de banca y peso muerto. Esta selección no es casual. Cada uno de estos ejercicios presenta un desafío único para los sistemas de medición. La sentadilla tiene un largo recorrido vertical. El peso muerto parte desde el suelo. Y el press de banca tiene una trayectoria que no es puramente vertical, sino que describe una ligera curva, lo que puede confundir a los algoritmos de seguimiento.
- El Protocolo: Los atletas no levantaron el mismo peso una y otra vez. Siguieron un protocolo de cargas progresivas. Empezaron con pesos ligeros, que se mueven a alta velocidad, y fueron aumentando la carga progresivamente hasta llegar a pesos muy pesados, que se mueven muy lentamente. Esto permitió probar las aplicaciones en todo el espectro de velocidades posibles, desde las más explosivas hasta las de máximo esfuerzo.
- La Configuración Técnica: Todos los dispositivos medían la misma repetición al mismo tiempo. Las cámaras 3D cubrían todo el espacio, el dispositivo de cable estaba anclado a un lado de la barra y los tres smartphones, cada uno con su app, estaban colocados en un trípode fijo, a una distancia y altura óptimas, con una iluminación perfecta y sin que nada ni nadie se interpusiera entre la cámara y el atleta. Era, literalmente, el escenario ideal, el “mundo perfecto” para que estas apps demostraran de lo que eran capaces sin excusas.
Con todo preparado, los atletas comenzaron a levantar. Cada movimiento, cada repetición, era registrada simultáneamente por cinco sistemas diferentes. La pregunta estaba en el aire: ¿coincidirían las mediciones?
El Veredicto: Una de Cal y Dos de Arena en el Mundo de las Apps
Una vez recogidos todos los datos, llegó el momento de la verdad: comparar las cifras. Los científicos analizaron cientos de repeticiones para ver si lo que decían las apps se correspondía con la realidad medida por las cámaras 3D y el dispositivo profesional. Los resultados fueron sorprendentemente dispares, demostrando que no todas las aplicaciones son iguales.
Qwik VBT (QW): La Sorpresa Agradable
Empecemos por las buenas noticias. La aplicación Qwik VBT (QW) demostró ser la estrella del estudio. Sus resultados fueron, en una palabra, excelentes.
- Precisión Excepcional: Al comparar sus mediciones de velocidad con las del costoso dispositivo profesional, los números eran prácticamente idénticos. La diferencia era tan pequeña que, a efectos prácticos, era insignificante. Esto significa que la app fue capaz de analizar el vídeo del levantamiento y calcular la velocidad con una exactitud comparable a la de un hardware especializado.
- Fiabilidad a Prueba de Balas: Quizás el hallazgo más impresionante sobre QW fue su consistencia. A lo largo de todas las series, en los tres ejercicios y con todos los atletas, la aplicación no falló ni una sola repetición. Detectó, midió y registró cada uno de los levantamientos que se realizaron. Esto es de vital importancia. De nada sirve una app precisa si la mitad de las veces no registra tu esfuerzo. La fiabilidad total de QW en estas condiciones de laboratorio fue su gran punto a favor.
En resumen, Qwik VBT pasó la prueba con nota. Demostró que, al menos en un entorno ideal, una aplicación de smartphone bien diseñada puede ser una herramienta de medición totalmente válida y fiable.
Metric VBT (MT): Un Rendimiento Irregular y Confuso
La segunda aplicación, Metric VBT (MT), arrojó un panorama mucho más gris. Sus resultados fueron inconsistentes y presentaron dos problemas significativos que la hacen menos fiable.
- Tendencia a Subestimar: En muchos casos, la app tendía a medir de menos. Es decir, si un atleta levantaba la barra a una velocidad real de 0.7 m/s, la app podía registrar 0.6 m/s. Aunque la diferencia pueda parecer pequeña, en el entrenamiento basado en la velocidad es crucial. Esa pequeña desviación puede llevar a un atleta a pensar que está más fatigado de lo que realmente está, llevándole a tomar decisiones incorrectas sobre qué peso usar en la siguiente serie.
- Las “Repeticiones Fantasma”: Este fue el problema más desconcertante de Metric VBT. En varias ocasiones, la aplicación inventó repeticiones que nunca existieron. Por ejemplo, un atleta realizaba una única repetición de sentadilla, pero al revisar los datos, la app mostraba dos. Probablemente, el algoritmo interpretó erróneamente algún pequeño movimiento al sacar la barra del soporte (el “unrack”) como una repetición completa. Imagina la confusión que esto genera. Un registro de entrenamiento lleno de “repeticiones fantasma” es un registro inútil, ya que distorsiona por completo el volumen total de trabajo realizado y hace imposible seguir el progreso real.
En definitiva, Metric VBT mostró grietas en su funcionamiento. Su tendencia a subestimar la velocidad y, sobre todo, su propensión a crear datos falsos, la convierten en una herramienta mucho menos confiable que Qwik VBT.
MyLift (ML): La Gran Decepción, Especialmente en un Ejercicio Clave
Si los resultados de Metric VBT fueron grises, los de MyLift (ML) fueron directamente decepcionantes. Esta aplicación se posicionó como la menos fiable de las tres, con un fallo garrafal en uno de los ejercicios más comunes del gimnasio.
- Fiabilidad General Cuestionable: Aunque en sentadilla y peso muerto tuvo algunos fallos, el verdadero desastre ocurrió en el press de banca.
- El Agujero Negro del Press de Banca: Aquí es donde MyLift falló estrepitosamente. La aplicación no fue capaz de detectar la gran mayoría de los levantamientos. Los atletas realizaban sus repeticiones, la barra subía y bajaba, pero para la app era como si no estuviera pasando nada. De cada diez repeticiones realizadas, quizás solo registraba una o dos. Esto la convierte en una herramienta completamente inútil para medir este ejercicio. La razón probable es que su algoritmo de seguimiento no está preparado para la trayectoria ligeramente arqueada del press de banca y necesita un movimiento casi perfectamente vertical para funcionar, algo que no siempre ocurre en la práctica.
El rendimiento de MyLift en el press de banca es una clara señal de alarma. Una app que es incapaz de registrar uno de los ejercicios más fundamentales del entrenamiento de fuerza no puede considerarse una herramienta fiable para un seguimiento serio.
Conectando los Puntos: Lo que la Ciencia ya Sospechaba
Estos resultados, aunque puedan parecer sorprendentes para el usuario medio, no surgen de la nada. Vienen a confirmar una idea que ya flotaba en el ambiente científico y que estudios previos habían insinuado: no es oro todo lo que reluce en el mundo de la tecnología fitness.
No es un Caso Aislado: La Evidencia se Acumula
La ciencia funciona construyendo conocimiento ladrillo a ladrillo. Un solo estudio es una pieza importante, pero su verdadero poder reside en cómo encaja con investigaciones anteriores. En este caso, los hallazgos encajan perfectamente.
Este estudio no es el primero en advertir sobre las discrepancias entre diferentes tecnologías de medición. Otras investigaciones ya habían comparado distintos dispositivos (acelerómetros, encoders, etc.) y habían llegado a una conclusión similar: no todas las tecnologías que parecen hacer lo mismo, funcionan igual de bien.
Podemos usar una analogía sencilla. Imagina que quieres comprar un coche. Hay dos modelos que, por fuera, son casi idénticos. Tienen el mismo color, cuatro ruedas y un volante. Sin embargo, uno tiene un motor de última generación, eficiente y fiable, mientras que el otro tiene un motor antiguo, propenso a averías y con un rendimiento pobre. Desde fuera, no puedes notar la diferencia. Necesitas abrir el capó o, mejor aún, probarlos en la carretera para descubrir la verdad.
Con las apps de entrenamiento ocurre lo mismo. Todas tienen una interfaz bonita, botones y gráficos llamativos. Todas prometen medir tu rendimiento. Pero lo que importa es el “motor” que tienen dentro: su algoritmo de procesamiento de vídeo. Este estudio ha “abierto el capó” de tres de estas apps y ha demostrado que sus motores son muy, muy diferentes.
La Duda sobre MyLift no es Nueva
Un detalle especialmente revelador que se menciona en el contexto de la investigación es que la fiabilidad de la app MyLift ya se había puesto en duda en estudios anteriores. Esto refuerza enormemente los hallazgos actuales. No se trata de que la app tuviera un mal día en este experimento en concreto, sino que parece existir un patrón consistente de bajo rendimiento, especialmente en ejercicios biomecánicamente más complejos como el press de banca.
Cuando múltiples estudios científicos, realizados por diferentes investigadores en diferentes momentos, apuntan en la misma dirección, el nivel de certeza aumenta exponencialmente. La conclusión es clara: la comunidad científica ya tenía sospechas fundadas sobre la fiabilidad de algunas de estas herramientas, y este nuevo estudio no hace más que confirmarlas con datos contundentes.
Del Laboratorio al Gimnasio: La Aplicación Práctica para Ti
Llegamos a la parte más importante: ¿qué hacemos con toda esta información? ¿Cómo puedes aplicar las conclusiones de este estudio para mejorar tus propios entrenamientos?
¿Qué App Debería Usar? Una Recomendación con Matices
Basándonos estrictamente en los resultados de esta investigación, la respuesta parece clara: la app Qwik VBT demostró ser una herramienta precisa y fiable. Superó a sus competidoras con creces y se mostró a la par de un dispositivo profesional mucho más caro. Si estás buscando una aplicación para empezar a experimentar con el entrenamiento basado en la velocidad, los datos de este estudio sugieren que Qwik VBT es, de las tres analizadas, la apuesta más segura.
Sin embargo, y esto es crucial, debemos recordar el “asterisco” que acompaña a esta conclusión.
⚠️ ¡PERO OJO! La Advertencia Clave: El Mundo Real no es un Laboratorio
Aquí viene el gran “pero”. Es fundamental que interiorices esta idea: estas pruebas se realizaron en un “mundo perfecto”. Las condiciones del laboratorio fueron diseñadas para ser ideales y permitir que las apps funcionaran en su máximo potencial. Tu gimnasio, en cambio, es un entorno caótico y impredecible.
Piensa en todos los factores del mundo real que podrían afectar negativamente a la precisión de las apps de entrenamiento, incluso a la de la ganadora, Qwik VBT:
- La Cámara Inestable: En el estudio, los móviles estaban en un trípode sólido como una roca. En el gimnasio, lo más probable es que apoyes tu teléfono en una botella de agua, una pila de discos o una mochila. Cualquier pequeña vibración o temblor (alguien dejando caer unas mancuernas cerca, por ejemplo) puede hacer que la cámara se mueva y arruinar por completo la medición. El algoritmo de la app necesita un punto de referencia estable para seguir el movimiento de la barra; si todo el encuadre se mueve, los cálculos serán erróneos.
- La Iluminación Deficiente: Los laboratorios tienen una iluminación brillante y uniforme. Los gimnasios suelen tener zonas más oscuras, luces que parpadean o reflejos extraños en los espejos. Una mala iluminación puede hacer que a la app le cueste “ver” y seguir los bordes del disco de la barra, lo que inevitablemente conducirá a errores de medición.
- Las Obstrucciones Visuales: El laboratorio estaba despejado. En tu gimnasio, es muy probable que alguien se cruce por delante de la cámara justo en medio de tu repetición. Un brazo, una pierna o una sombra que pasa por delante puede hacer que la app “pierda” de vista la barra durante una fracción de segundo, lo suficiente para invalidar la medición o, peor aún, para no registrar la repetición en absoluto.
- El Ángulo y la Distancia: Los científicos colocaron la cámara en la posición exacta recomendada. En la práctica, puede que no tengas espacio para colocar el móvil a la distancia ideal o que el ángulo no sea el perfecto. Pequeñas desviaciones en la perspectiva pueden acumularse y generar imprecisiones en los datos.
La lección más importante de este estudio no es solo “qué app es mejor”, sino que “el contexto importa”. La tecnología es prometedora, sí, pero su eficacia en el mundo real depende enormemente de cómo la utilices y del entorno en el que te encuentres.
Conclusión: Tecnología con Pensamiento Crítico
Este viaje al corazón de la ciencia de las apps de fitness nos deja varias conclusiones claras.
En primer lugar, hemos confirmado que la tecnología de los smartphones tiene el potencial de ser una herramienta de medición extraordinariamente precisa y asequible para los atletas. La app Qwik VBT es la prueba viviente de que es posible obtener datos fiables desde el móvil, democratizando el acceso a metodologías de entrenamiento avanzadas.
En segundo lugar, y de forma igualmente contundente, hemos visto que no se puede meter a todas las apps en el mismo saco. El rendimiento de Metric VBT y, sobre todo, de MyLift, demuestra que una interfaz atractiva no garantiza un motor funcional. Confiar ciegamente en una aplicación sin validar puede ser contraproducente.
Y en tercer y último lugar, la conclusión más poderosa para ti: la tecnología es una herramienta, no un oráculo. Su valor depende de tu capacidad para usarla de forma inteligente y crítica. Incluso la mejor aplicación del mundo te dará datos basura si no te esfuerzas por crear unas condiciones de grabación mínimamente decentes.
La próxima vez que abras una app para medir tu rendimiento, recuerda este estudio. Recuerda que detrás de esos números hay un algoritmo complejo que puede ser engañado por la caótica realidad de un gimnasio. Utiliza la tecnología, aprovecha su potencial, pero nunca dejes que reemplace tu propio juicio, tus sensaciones y tu pensamiento crítico. Esa es la verdadera clave para un progreso inteligente y sostenible.