
Artrosis: Más allá del desgaste. Una guía actualizada sobre sus causas y tratamiento
La artrosis es una de las condiciones articulares más comunes, pero a menudo se malinterpreta como un simple «desgaste» por la edad. Sin embargo, la ciencia moderna nos muestra una realidad mucho más compleja y activa. No es un proceso pasivo e inevitable, sino una enfermedad que afecta a toda la articulación: cartílago, hueso, ligamentos y músculos.
En este artículo, de la mano del Licenciado Emiliano Bonini Iafrate, exploraremos en profundidad qué es la artrosis, desmitificando viejas creencias y presentando los enfoques más actualizados sobre sus causas, síntomas y, lo más importante, su tratamiento.
¿Qué es la artrosis exactamente?
La artrosis es una enfermedad que involucra a toda la articulación, incluyendo el cartílago articular, el hueso subcondral, los ligamentos y los músculos periarticulares. La región más afectada suele ser la rodilla, seguida de las manos y las caderas.
Fig. 1. Cambios estructurales en una articulación con artrosis.
Epidemiología: ¿A quién afecta más?
La prevalencia de la artrosis varía considerablemente. Aumenta si el criterio de diagnóstico es puramente radiológico (lo que se ve en una radiografía) y es menor cuando se considera la prevalencia sintomática (personas que realmente experimentan síntomas).
Algunos datos clave:
- La prevalencia de artrosis de rodilla y mano es mayor en mujeres.
- En Europa, la artrosis de rodilla detectada por radiografía afecta al 14% de las mujeres y al 12% de los hombres (≥22 años).
- La artrosis sintomática de rodilla afecta al 9% de las mujeres y al 3% de los hombres (≥19 años).
- A partir de los 60 años, la prevalencia de artrosis sintomática es del 9,6% en hombres y del 18% en mujeres.
Factores de riesgo: ¿Por qué aparece?
La artrosis es multifactorial. No se trata simplemente de «Wear and Tear» (desgaste por uso). Su inicio combina factores genéticos, metabólicos, inflamatorios y mecánicos.
- Edad: Es el principal factor de riesgo, ya que aumenta la probabilidad de exposición a otros factores.
- Sexo femenino: Las mujeres tienen una mayor prevalencia, especialmente en rodillas y manos.
- Obesidad y lesiones previas: Son factores muy comunes en la artrosis de rodilla.
- Deformación articular: En la cadera, factores como la deformidad tipo CAM o la displasia acetabular son muy relevantes.
- Actividad física y laboral: Trabajos forzosos (como la construcción) o deportes de alto impacto y levantamiento de pesas pueden suponer un riesgo moderado o fuerte. Sin embargo, esto no es una sentencia. El cuerpo humano tiene una increíble plasticidad y capacidad de adaptación. Lo estructural no siempre determina la función ni el dolor.
- Genética: Se estima que la contribución genética puede variar entre un 40% y un 80%, siendo más fuerte en manos y caderas.
Signos y síntomas: Mucho más que dolor
El dolor es el síntoma más incapacitante, pero no es el único. Los síntomas y signos comunes incluyen:
- Rigidez matutina de breve duración.
- Crepitación (sonidos o crujidos en la articulación).
- Debilidad muscular.
- Inestabilidad articular.
- Fatiga.
Es crucial entender que el dolor es una experiencia compleja, influenciada por factores biológicos, psicológicos y sociales. No es solo una señal de daño en el tejido. El modelo biopsicosocial nos ayuda a comprender por qué personas con hallazgos radiológicos similares pueden experimentar niveles de dolor y discapacidad muy diferentes.
El dolor en la artrosis es un fenómeno complejo que va más allá de la nocicepción.
Diagnóstico y la trampa de las imágenes
El diagnóstico de la artrosis es principalmente clínico, basado en los síntomas del paciente y el examen físico. El médico buscará dolor, rigidez, limitación funcional, crepitación y agrandamiento óseo (osteofitos).
La radiografía no es necesaria para el diagnóstico inicial. De hecho, existe solo una asociación moderada entre el daño estructural visible en una radiografía y la presencia o intensidad del dolor. Como señalan los expertos Hunter y cols:
«El daño articular en una radiografía no indica cuánto te afectará tu osteoartritis».
La resonancia magnética (MRI) ha mostrado que la severidad del dolor se asocia más con características como las lesiones de la médula ósea y la sinovitis (inflamación de la membrana sinovial) que con el desgaste del cartílago en sí.
Tratamiento de la artrosis: Un enfoque activo y multifactorial
El tratamiento debe ser proactivo y centrado en el paciente. La progresión de la artrosis es lenta, pero los cambios estructurales son irreversibles, por lo que un abordaje temprano es clave.
La primera línea: Tratamiento no farmacológico
Estas son las intervenciones con mayor evidencia y que deberían constituir la base de cualquier plan de tratamiento.
- Educación: Entender qué es la artrosis, qué factores influyen en el dolor y cómo manejar la condición es fundamental para empoderar al paciente.
- Ejercicio Físico: El entrenamiento de fuerza y el ejercicio aeróbico son elementos clave para disminuir el dolor y mejorar la función. Poseen una elevada calidad de evidencia científica.
- Pérdida de Peso: En personas con obesidad, reducir el peso corporal tiene un efecto demostrado en la reducción del dolor de rodilla. La combinación de dieta y ejercicio temprano es la estrategia más efectiva.
Opciones farmacológicas
Cuando las medidas anteriores no son suficientes, se pueden considerar los fármacos:
- Analgésicos y AINEs: El paracetamol ha mostrado un efecto muy pequeño y no suele recomendarse. El Diclofenac en dosis altas parece ser una de las opciones más accesibles y efectivas para mejorar el dolor y la función.
- Inyecciones intraarticulares: Los corticoesteroides pueden administrarse en personas que no responden a los analgésicos orales o tópicos, aunque su beneficio en la artrosis de rodilla es incierto debido a la baja calidad de la evidencia.
¿Y la cirugía?
- Reemplazo articular (prótesis): La cirugía de reemplazo de cadera o rodilla debe reservarse para los casos más graves en etapas finales, cuando la terapia conservadora ha fallado y el espacio intraarticular está completamente perdido.
- Artroscopia: A pesar de ser un procedimiento muy utilizado, la evidencia científica que respalda su uso en la artrosis es muy escasa y de poca rigurosidad.
Conclusión
La artrosis es una enfermedad activa y compleja de toda la articulación, no un simple desgaste pasivo. Su desarrollo está influenciado por una combinación de factores genéticos, mecánicos y metabólicos. El dolor que la acompaña es una experiencia multifactorial que no siempre se correlaciona con lo que muestra una radiografía.
El enfoque de tratamiento más efectivo es proactivo y se centra en el paciente, priorizando la educación, el ejercicio físico y el control del peso. Lejos de ser una condena a la inactividad, manejar la artrosis requiere un compromiso con un estilo de vida activo y saludable para mejorar la función, reducir el dolor y mejorar la calidad de vida.
Artículo escrito por
Emiliano Bonini Iafrate
Licenciado en Actividad Física y Deporte (Universidad Nacional de Avellaneda, Argentina), Cum Laude de la promoción 2023. Interesado en diversas ciencias de la salud y ávido lector de publicaciones científicas en áreas como anatomía, rehabilitación músculo esquelética, biomecánica y entrenamiento de la fuerza.
Es autor del libro «Anatomía Humana Funcional» publicado en conjunto con el equipo High Fitness. Actualmente es dueño y director del gimnasio RISE en San Vicente, Buenos Aires. Emiliano se dedica también a la divulgación científica a través de sus redes sociales, compartiendo y analizando investigaciones relevantes.
- Instagram Personal: @emiliano.bonini
- X (Twitter): @BoniniEmiliano
- Instagram de RISE Gimnasio: @rise.gimnasio
Referencias
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